10 CLAVES PARA UNAS RELACIONES HUMANAS SALUDABLES
3 de agosto 2019
José María Forcada, Carol Fuentes y Claudia Tzanis
Estos Coloquios quieren ofrecer un repaso por estas diez claves para hacer un diagnóstico fino sobre nuestras relaciones humanas, para vivirlas más a fondo y más sanamente en todos los sentidos. Pueden servir tanto para relaciones familiares como de amistad y hasta de trabajo.
El primer día de Coloquios Primero habló José María Forcada, comentando cómo la amistad es un valor apreciado desde los clásicos, en todas las culturas. Pero que es necesario aprenderlo y cultivarlo, superando a veces el temor o el egoísmo. La amistad incorpora toda nuestra emotividad y también integra la razón; es necesario armonizar todo este universo interior en un modo de relacionarnos respetuoso y lleno de afecto. A ser amigos se aprende, es posible una pedagogía de la amistad. Puso el ejemplo de unos niños que, hace años en un barrio marginal de Barcelona, ayudados por una extraordinaria maestra, aprendieron primero que nada a no golpearse constantemente. Era el primer paso de un largo proceso de aprender a tratarse bien. Era algo nuevo para ellos. Comentó cómo en este momento está impulsándose en las escuelas una más consciente pedagogía de las relaciones humanas, la inteligencia emocional, el diálogo y el trabajo en equipo.
Después habló Carol Fuentes, trabajadora social y madre de familia, chilena, que está impulsando la atención a adultos mayores en su barrio de Santiago. Comentó la clave número 9 de las propuestas para el coloquio: «No cazar ni dejarse cazar». Ilustró que cuando las personas se dejan atrapar, se crea una dinámica destructiva entre ellas: la que se dejó atrapar, porque está esperando ser validada y confirmada en su ser por el cazador, que simplemente la usa para sus fines. Ambos quedan así degradados y atrapados en una relación cerrada, en que la víctima se va alejando de los suyos. Muy importante el antídoto: la libertad. Libertad para decir «no» cuando hace falta, libertad para continuar una relación más saludable.
Y finalmente Claudia Claudia Irene TzanisEissler, comunicadora y responsable de una residencia franciscana para estudiantes, comentó la clave número 7: «No ironizar». En muchas culturas la ironía se premia con la admiración de los que rodean a la persona irónica, la consideran inteligente y aguda. Pero sus palabras son como balazos, dejan a alguien herido y en ridículo ante los demás. Esa persona será temida, pero no amada. La ironía no es signo más que de una inteligencia fría que no empatiza ni simpatiza con el otro. Por eso su antídoto es la humildad, sabernos limitados igual que el otro. De la humildad surge un sentido del humor que no hiere ni deja mal a nadie.