Alfredo Rubio de Castarlenas, sacerdote, hombre de profunda espiritualidad, revela en este libro una intensa vida cristiana, de una de tantas temporadas que dedicó a cultivar la soledad y el silencio en la Ermita de San José y Santa Rita, de la Punta de la Mona.
Los sonetos recogidos en este libro muestran realidades diversas de la persona, desde la sorpresa de existir, al cuido del cuerpo, a la amistad, la contemplación de lo bello, la enfermedad y la muerte; todas ellas desde una experiencia de cercanía y un lenguaje de íntima amistad con Cristo.